11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 12 de agosto de 2012

"El séptimo viaje de Simbad" (1958).


-- "The 7th Voyage of Sinbad" (título original en inglés), "Simbad y la princesa" (título en España y México). Estados Unidos. Año 1958.
-- Dirección: Nathan Juran.
-- Actuación: Kerwin Mathews, Kathryn Grant, Richard Eyer, Torin Thatcher, Alec Mango, Danny Green, Harold Kasket, Alfred Brown, Nana DeHerrera, Nino Falanga, Luis Guedes, Virgilio Teixeira.
-- Guión: Ken Kolb, basado en una historia sin acreditar de Ray Harryhausen.
-- Banda Sonora: Bernard Herrmann.

-- "El séptimo viaje de Simbad" en IMDb.
-- "El séptimo viaje de Simbad" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Mientras navega gallardamente por las aguas de las Mil y Una Noches, Simbad el Marino se encuentra en una isla desierta con un mago que está en problemas. Como Simbad es heroico y chulo, va y lo rescata. En mala hora, porque es cuestión de verle la cara al mago para saber que trigo limpio no es. Resulta que en la fuga de la isla, el mago ha perdido una lámpara que, verán, como buena historia arábiga que se precie de tal, tiene un poder y tal (estos árabes ya no hacen lámparas como las de antes, eso está claro). Llegan a la corte del califa, y aunque el mago es recibido como corresponde, el califa es lo suficientemente corto de entendederas como para no acceder a los constantes ruegos del mago por volver a la isla y hacerse con la lámpara (el hombre no piensa: ve a un mago con vida en la corte, que lo cambiaría todo eso por una lámpara, vale la pena preguntarse qué tan valiosa es, para querer correr el riesgo... y vale la pena mandar una expedición propia y dejar al mago en la estacada. Pero todos estos cálculos se le escapan al tarado del califa). Y como el mago es mucho mago, le tiende una emboscada tanto al califa como a Simbad, atacándolos en su debilidad común: la princesa (hija del califa, enamorada de Simbad, claro). Y la reduce de tamaño. Y el mago hace entonces una oferta que Simbad no puede rehusar: la lámpara a cambio de la estatura normal de la princesa. Ahora, Simbad y la princesa (en una cómoda cajita), además del mago, viajan de regreso a la condenada isla para rescatar la condenada lámpara, etcétera. Por cierto, ¿ya dijimos que la isla es fértil en cíclopes, dragones, aves roc...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la actualidad, vemos países musulmanes en el cine cuando se trata de yanketas de pro apaleando irakíes, como en "Red de mentiras" o "Vivir al límite". Pero hubo una época en que los países musulmanes eran un lugar idílico para soñar y evadirse. Claro, en los gloriosos años de "El ladrón de Bagdad", los patipelaos beduinos apenas eran una amenaza para el mundo occidental, y por lo tanto, su mitología era saqueable a mansalva (tampoco existía SGAE). Incluso en tiempos tan recientes como los '90s, los Estudios Disney se permitieron un escapismo arábigo como "Aladino", cosa que hoy en día no podrían hacer sin que se los acuse de propaganda promusulmana y antiamericana subliminal. Las pelis de fantasía arábiga conformaron casi un subgénero por derecho propio, dentro del marco más general de las pelis de aventuras clásicas, junto con otros géneros también semifenecidos como el cine de espadachines o el de piratas. Y dentro del género, "El séptimo viaje de Simbad" brilla con colores propios, como uno de los más recordados exponentes del subgénero éste de marras.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Si entendemos que la trama de esta peli fue planeada por Ray Harryhausen, todo está dicho. Porque es cuestión de ver esta peli, y entender que está íntegramente hecha de principio a fin para mayor gloria del susodicho. Claro que cuando "el susodicho" es nada menos que uno de los más grandes especialistas en efectos especiales que han existido en la Historia del Cine (si no el más grande de todos), eso no es un demérito sino todo lo contrario. La historia de la peli es simple a más no poder, y de hecho más allá de la anécdota argumental, ni siquiera tiene una trama propiamente tal (no se puede decir que esta peli no sea moderna: escena de acción introductoria, después un poco de marujeo para poner a los personajes en situación, y luego de situarlos en el escenario meter escena de relleno tras escena de relleno con FXs molones hasta el grande finale, esquema con el cual Michael Bay se ha forrado peli sí y peli también). Pero a cambio, tenemos una peli enormemente imaginativa en lo que importa, o sea, en el apartado visual. Si la peli en el fondo importa porque es un desfile de monstruo tras monstruo, concedámosle al menos que los monstruos están estupendamente bien concebidos. El cíclope es feo con alevosía, como corresponde a un bicho de su condición, hay una escena de una danza de una mujer-cobra que mezcla belleza y horror al mismo tiempo en una combinación muy rara y difícil de conseguir, vemos al ave roc, y el asunto remata con un dragón. Todo filmado con ese encanto naif que tenía el stop-motion. Porque se diga lo que se diga, mientras más CGI le meten a las pelis, más obligados están los directores a "ser realistas", y de cómo Peter Jackson se empachó robándole bocetos a Alan Lee para rodar "El Señor de los Anillos" ya no hablemos, mientras que en esos tiempos de efectos especiales tan primigenios, no importaba que los FXs cantaran un poco mientras se pudiera suplir las falencias técnicas con la imaginación. O de cómo los cabezaturbantes de "El séptimo viaje de Simbad" se ven incluso más realistas que los artificiosos guerreros pseudopersas de "300", por ejemplo (en parte porque en efecto está rodada en escenarios naturales, no contra una puñetera pantalla azul). La inclusión de un genio, por su parte, parece una especie de homenaje a "El ladrón de Bagdad", aunque ahí el genio era un adulto, y quien lo controlaba era un niño.

-- Si bien Kerwin Matthews es un Simbad un poco deslucido (un héroe demasiado prototípico, y por lo tanto algo aburridote), el cotarro se anima bastante con los secundarios. Desde luego que Kathryn Grant como la princesa está espectacular, mientras que Torin Tatcher es todo lo mefistofélico que un villano mago se supone debe ser. Y aunque su rol es más bien pequeño, la actuación de Nana DeHerrera como Sadi, la doncella de la princesa, es de robarse la peli (ella es la mujer convertida en una cobra, que danza ante el califa, y aunque se nota los cambios de cuerpo entero en stop-motion a primeros planos de su cara, la escena es poderosa).

-- Interesantemente, aunque es una peli de aventuras para niños, en determinadas situaciones no se ahorra crueldades. Que muere gente, vamos. Y mueren de maneras bastante crueles. Cosas que el cine de aventuras de aquellos años asumía de la manera más natural del mundo, pero que ahora, en un cada vez más precario esfuerzo por evitar que "los pequeñines" abran los ojos, tratan de censurar a cómo dé lugar, como si los cuentos de hadas clásicos no estuvieran preñados de violencia (¿recuerdan a Hansel y Gretel asando a la bruja al horno?). En esta peli, como decíamos, sí que tenemos tiempo a preocuparnos porque los personajes, básicamente porque algunos la palman luchando contra los monstruos, con sádicos gritos de agonía incluidos. Y es que el cine de aventuras no sería tal si es que no viéramos gráficamente que el resultado de la aventura a veces puede desembocar en muertes horripilantes: eso es lo que hace a la aventura tan especial en primer lugar, y por eso cosas como Harry Potter, aunque sean entretenidas, al último terminan pecando de ñoñas. "El séptimo viaje de Simbad" podrá ser ingenua y simple, pero nadie podría llamarla ñoña y vivir para contarlo.

-- Mención especial para el gran Bernard Herrmann, mejor conocido como colaborador habitual en los soundtracks de Alfred Hitchcock, pero que aquí se desmarca de eso y consigue crear una estupenda banda sonora. Bueno, no en balde Herrmann ha sido uno de los más grandes soundtrackistas de la Historia del Cine.

IDEAL PARA: Ver una peli de aventuras arábigas con músculo.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- El cíclope [en inglés, sin subtítulos].


2 comentarios:

Galo Nomez dijo...

No sólo en los EUA ha cambiado la percepción respecto del Medio Oriente. Es interesante ver registros audiovisuales y documentales de la España de los años cuarenta y cincuenta, por ejemplo "Retablos de la Guerra Civil" y observar toda la idealización del mundo árabe e islámico que se hacía durante los desfiles y actos públicos dedicados a Franco. Bueno: la insurrección que lo llevó al poder empezó en Marruecos. Pero los racistas peninsulares que ademán son votantes de derecha vieran esas producciones...

General Gato dijo...

¿Idealización? Según recuerdo de haber visto por aquí y por allá, Franco le daba como caja a la morería, por aquello de reivindicar lo hispánico, etcétera. Aunque confieso que la España Franquista no es el período histórico que he investigado con mayor profundidad...

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